Porcine reproductive and respiratory syndrome (PRRS). Review
Sandra Maricruz López-Heydecka, Rogelio Alejandro Alonso-Moralesb, Hugo Mendieta-Zeróna, Juan Carlos Vázquez-Chagoyánc
a
Centro de Investigación en Ciencias Médicas de la Universidad Autónoma
del Estado de México. Jesús Carranza No. 205 Col. Universidad, 50130,
Toluca, Méx., México. Teléfono y fax: 52(722) 219 4122, 219 3675. heydeck@hotmail.com. Correspondencia al primer autor.
b Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad Universitaria, México DF, México.
c Universidad Autónoma del Estado de México. México.
Recibido el 22 de mayo de 2013.
Aceptado el 30 septiembre de 2013.
Aceptado el 30 septiembre de 2013.
Resumen
El
síndrome reproductivo y respiratorio del cerdo (PRRS), es una
enfermedad de origen viral que ocasiona fallas reproductivas severas en
cerdas gestantes, con menos grado en la calidad del semen en verracos y
problemas respiratorios en cerdos de todas las edades pero
principalmente en lechones; también se asocia o incrementa la
manifestación de otras enfermedades respiratorias. Es una de las
enfermedades de mayor importancia económica mundial, en la mayoría de
los países de producción de porcinos, donde en gran parte de ellos
permanece endémico. El virus de PRRS (PRRSV) presenta un alto grado de
mutabilidad, por lo que hay una gran diversidad genética de cepas del
linaje norteamericano (PRRSV NA) y entre el PRRSV NA y el linaje europeo
(PRRSV EU), lo que afecta la homogeneidad y poca o nula antigenicidad
cruzada para vacunas; el virus vacunal modificado, único comercialmente
accesible para generar algún grado confiable de inmunidad, ha mostrado
la capacidad de revertirse a patógeno, con replicabilidad y
recombinación con virus de campo; las vacunas sólo se utilizan para
disminuir el grado de afección de la enfermedad; el virus muestra una
capacidad de inmunosupresión e inmunoregulación que le permite,
prolongar el tiempo de viremia en los animales enfermos, quienes
eliminan el virus por saliva, secreciones transplacentarias, mamarias y
muy posiblemente excremento, siendo la transmisión principal por
contacto directo o por objetos contaminados; además presenta una
posterior selectividad a pocos tejidos linfoides, que le permite
permanecer inadvertido hasta que, en condiciones favorables, vuelve a
manifestarse la enfermedad, ya sea como pequeños brotes, o como
pandemia.
Palabras clave: Síndrome reproductivo y respiratorio del cerdo.
Abstract
The
porcine reproductive and respiratory syndrome (PRRS), is a viral
disease that is manifested in severe reproductive failure in pregnant
sows, lower levels of semen quality in boars, and respiratory problems
in pigs of all ages but mainly piglets. Economically it is one of the
most important diseases worldwide and is present in the majority of
porcine producing countries, where, in most of them, it is still
endemic. The PRRS virus (PRRSV) has a high mutation rate, reason why
there is great genetic diversity in the North American linage strains
(NA PRRSV), and between the NA PRRSV and the European (EU PRRSV)
lineages. This affects strain homogeneity and gives few or null cross
antigenicity among strains, which is important for a successful vaccine.
The modified virus vaccine, is the only commercially available vaccine
that provides some level of immunity confidence, but it has shown the
possibility to revert to pathogenicity by mutation or recombination with
field strains. The commercially available vaccines are only used to
diminish the level of impact of the disease. The virus shows the
capacity of immune suppression and immune regulation, which allows the
virus to extend the viremia period in infected animals. The virus
spreads through saliva, trans placental and mammal secretions and with a
high probability feces, been the main transmission by direct contact
and secondary by infected objects; also shows a posterior selectivity
toward a limited lymphoid tissue, this enables it to remain unnoticed
until favorable conditions allow the disease to develop into an outbreak
or pandemic.
Key words: Porcine reproductive and respiratory syndrome.
INTRODUCCIÓN
La
enfermedad viral del Síndrome reproductivo y respiratorio del cerdo
(SRRP o siglas en inglés PRRS) fue descrita clínicamente por primera
vez, en Estados Unidos de Norteamérica (EUA) en 1987(1,2),
nombrándola enfermedad misteriosa del cerdo o enfermedad de la oreja
azul, posteriormente se reconoció en Canadá y en 1990 en países de
Europa(3), en los a que también fue identificada
clínicamente. La enfermedad se esparció rápidamente por casi todo el
mundo. En 1991 se aisló el virus por primera vez en Holanda(4) y en EUA(5,6), posteriormente en China en 1996(7-10). Sin embargo estudios serológicos recientes de sueros almacenados, remontan su origen a 1979, en Canadá(11); a 1985, en EUA(11) y en Corea del Sur, siendo en este último de animales importados(12); y a 1988, en Japón de sueros de reportes de brotes(13) y en Alemania(14).
En
México el PRRS fue clínicamente descrito por primera vez en 1992,
coincidiendo como enfermedad pandémica, aunque se sospecha pudo entrar a
finales de la década de 1980 y confundirse con enfermedades como ojo
azul, influenza porcina A y Aujeszky(8) y originarse de animales importados según un reporte de la presencia de anticuerpos contra PRRSV en México en 1992(15).
Actualmente
está presente en casi todos los países de producción porcina
permaneciendo endémico en su mayoría; sólo se ha notificado libre de la
enfermedad Australia(10), Suecia, Noruega y Nueva Caledonia(16).
El PRRS es considerado una de las enfermedades con mayor repercusión económica para los porcicultores en todo el mundo(17);
por ejemplo, los brotes ocasionan pérdidas económicas del 10 % de la
producción anual de lechones y se considera una pérdida de US $239 a
$300 por cerda por año en EUA, Alemania y Holanda(8,18,19).
Ocasiona
pérdidas económicas significativas a la granja, independientemente de
la patogenicidad de la cepa, ya que una primo infección puede ocasionar
las pérdidas de un brote y a esto se suman las pérdidas por la
permanencia de la enfermedad en forma endémica, con posibilidades de
reemerger como brote agudo después de un largo período del último brote y
son brotes que duran 2 a 3 meses en remitir(18,19). Las
pérdidas en la granja por la forma endémica son leves, pero constantes
por disminución en los índices de fertilidad y de ganancia de peso, e
incrementa los costos asociándose a otras enfermedades respiratorias.
Especies susceptibles
Los cerdos de todas las edades son susceptibles(20), pero en granjas endémicas es más manifiesta en animales jóvenes(9,21).
Aunque aún en controversia, se ha observado susceptibilidad a la
infección en algunas especies aviares, en particular los patos, en
quienes algunos han observado eliminan el virus durante semanas en
excremento(16,10), mientras que otros contradicen esta observación(22).
Esta patología se reporta más comúnmente en granjas tecnificadas que en
granjas de traspatio, sugiriéndose como posible explicación la
diferencia en densidad poblacional entre los sistemas de explotación
intensivo y extensivo(23).
Agente etiológico
El virus del PRRS (PRRSV) pertenece a la orden Nidovirales, familia Arteriviridae, género Arterivirus,
siendo un virus pequeño envuelto, de ARN de una cadena de sentido
positivo con alrededor de 15 kb con 9 marcos de lectura abiertos (siglas
en inglés ORF) conocidos. Presenta en el extremo 5' una región corta no
traducible (UTR, por sus siglas en inglés, untranslated region)
seguida de los denominados ORF1a, ORF1b, ORF2a, ORF2b, ORF3, ORF4, ORF5,
ORF6, ORF7 y también en el extremo 3' tiene una UTR seguida de una cola
de poli A(17,24-26).
Mientras que UTR 5' y UTR 3' son elementos regulatorios importantes del genoma(25).
Los genes asociados a la replicasa ORF1a y ORF1b constituyen
aproximadamente el 75 % del tamaño del genoma, que codifican
poliproteínas con diversas funciones como actividad de ARN polimerasa,
forman parte de proteínas no estructurales (nsp), participan en
actividades proteolíticas que procesan otros productos de unión nsp y en
actividades en la transcripción y replicación viral(24,25).
Los ORF 2a, 2b y 3 a 7 codifican para las glicoproteínas estructurales
(GP) 2a, GP3, GP4, GP5 y las proteínas no glicosiladas: 2b, la E y M de
la membrana; y la N de la nucleocápside(24). Se ha mencionado
principalmente que GP5, pero se dice que también GP4 y M, además de un
reporte de GP3, contienen epítopes neutralizantes, es decir, promueven
la formación de anticuerpos neutralizantes (AcN)(27,28). Se dice que GP2 y GP3 son poco antigénicas(28).
ORF 1 (especialmente 1a)(29) se ha utilizado para secuenciar aunque con menos frecuencia que ORF 5 y ORF 7(30).
En investigaciones de campo la mayoría de los puntos de corte para
recombinación se han presentado en ORF 5, pero algunos pueden presentar
una divergencia en toda la secuencia por lo que también se necesita
secuenciar todo el genoma(10).
En
este sentido ORF 5 codifica para la mayor glicoproteína de envoltura,
conocida como glicoproteína de la cápsula, de 200 aminoácidos, que es la
que adhiere el virus a los macrófagos y es un blanco importante para
los AcN, exhibe una variación genética muy marcada dentro de su
secuencia relativamente corta de 600 pares de bases, por lo que es
comúnmente utilizado para la identificación y la construcción de árboles
filogenéticos(10,20,30). La variabilidad en GP5 podría expresar la ineficiencia a una protección cruzada de las vacunas(31).
Aunque
no se sabe como persiste la enfermedad, se sospecha de variantes
virales que llevan a la selección de clonas que escapen de las defensas
del hospedero por medio de mecanismos como resistencia a AcN, o
modificaciones en el tropismo del virus en específico a otros tejidos,
como tejido linfoide y tracto reproductor masculino, siendo en el último
de más difícil acceso para el sistema inmune(32).
ORF 7 tiene 372 pares de bases y también se utiliza para análisis genéticos, siendo un gen mucho más conservado que el ORF 5(30). La proteína N codificada por ORF7(24),
presenta 123 aminoácidos, es considerada la proteína mas inmunogénica y
por lo tanto la ideal para pruebas serológicas para detectar cerdos
infectados(24); actualmente es en la que se basa el "kit" de
diagnóstico serológico Idexx HerdChek PRRS 2XR, por el método de
enzyme-linked immunoabsorbent assay (ELISA), ampliamente utilizado para
la detección de anticuerpos producidos en respuesta a la infección con
los tipos I o Europeos (EU) y tipos II o Norteamericanos (NA); sin
embargo con preocupación se han observado resultados positivos en
granjas seronegativas(25), por lo que actual mente está en
estudio utilizar proteínas nsp, pues algunos han mostrado alta
antigenicidad y resultados mejores, por más tiempo y homogéneos como nsp
1 y 2, e incluso diferenciando los dos tipos de PRRSV, como nsp 7(24,25).
Los anticuerpos contra la proteína N aparecen alrededor de la primera
semana posinfección y persisten por algunos meses, pero no se
correlacionan con protección(24,27). Después del día 126 los títulos con el kit bajan gradualmente(25).
Las
diferencias en las secuencias genómicas del PRRSV lo dividen en dos
genotipos, Europeo (EU o tipo I) representado por la cepa prototipo
Lelystad y Norteamericano (NA o tipo II) representada por la cepa
prototipo VR-2332; estos tipos comparten el 63 % de su identidad
genómica (con variaciones del 55 al 70 % comparando todo el genoma)(10,24,25).
Hay una gran diversidad genética de cepas NA y una gran diversidad
genética entre las cepas europeas EU y NA, lo cual ocasiona problemas en
la vacunación y en el diagnóstico(17). Aún cuando a la
infección clínicamente se manifiestan de manera similar, difieren
significativamente en términos de propiedades antigénicas y contenido
genético(10); pudiendo presentarse rápidas variaciones genéticas o recombinaciones(33,34).
Patogenia
El
virus entra por vía oronasal y genital; penetra a epitelios nasal y
tonsilar, a macrófagos pulmonares y a endometrio uterino. Tiene un
período de incubación de tres días a varias semanas, sumadas con etapas
de latencia en casos endémicos, que varía según la edad de los animales,
la dosis infectante y la inmunidad. Alcanza los tejidos linfoides
regionales y posteriormente se distribuye a nivel sistémico por las vías
sanguínea y linfoide, circulando libre o ligado a monocitos circulantes
produciendo leucopenia. Las células en las que sucede la replicación
del virus de PRRS se encuentran en diferentes órganos y tejidos, siendo
los macrófagos alveolares el principal tipo celular en que se realiza su
replicación y de importancia para su patogenia así como en células
dendríticas y monocitos(20,35). Dependiendo de la virulencia
del virus, produce en mayor o menor grado neumonía, miocarditis,
encefalitis, rinitis, vasculitis, linfoadenopatías, etc.(9). El virus es eliminado principalmente por saliva, orina, semen, secreciones mamarias, trasplacentarias y excremento(9). La infección persistente raramente dura más de 200 días.
Transmisión de la enfermedad
La
transmisión de PRRS es mecánica por contacto directo con animales
enfermos, o con material contaminado por su saliva, orina, semen,
secreciones mamarias, transplacentarias y excremento(9), entre los que destacan agua limpia contaminada estática(36); moscas alimentadas con animales infectados(2) y agujas contaminadas(2);
hay transmisión tras placentaria a partir de la implantación (día 13 a
14 de gestación, posibilitando la transferencia de embriones antes de
ello)(9).
El
virus muestra alta capacidad de infección, poca capacidad de contagio;
por ejemplo la dosis infectante 50 (TCID 50) con el aislado de PRRSV
VR-2332 en lechones de 3 semanas de edad es de 2.0 X 105 por vía oral y sólo una veinteava parte de éste por vía intranasal, por la que son suficientes 1.0 X 104(37)
por vía intranasal, pero aunque se sabe que puede transmitirse por vía
aérea hasta 2 km, experimentalmente resulta difícil contagiar animales
tan próximos como 2 m si no tienen contacto físico, porque el virus es
muy lábil(18,19). La capacidad de inmunosupresión o
inmunorregulación del virus le permite largos periodos de viremia
variables en función de la edad de los animales, que promueve un mayor
tiempo de transmisión, siendo de una a dos semanas en adultos y 10 a 12
semanas o hasta varios meses en lechones jóvenes(18,19,34).
Signos
Los
cerdos afectados por PRRS manifiestan fiebre, escalofríos, disnea,
enrojecimiento de la piel, pelaje áspero, edema en párpados,
conjuntivitis, depresión, anorexia y diarrea(35), correspondientes a diferentes grados de neumonía, miocarditis, encefalitis, rinitis, vasculitis, linfadenopatías, etc.(9).
A
nivel granja, en el área de reproducción aumentan las tasas de aborto
(a finales de la gestación), momias, mortinatos, nacidos débiles y
repeticiones de celo; en sementales disminuye la calidad del semen; en
lechones lactantes incrementa la tasa de mortalidad; en animales en
crecimiento problemas respiratorios por sí mismo, asociado a infecciones
bacterianas, o incrementando la prevalencia de agentes bacterianos y
virales que ocasionan cuadros respiratorios(8,9,18,19); y en gen eral baja ganancia de peso(8,9,18,19,38).
En
forma endémica ocasiona pérdidas constantes por baja ganancia de peso,
nacimientos no logrados o débiles, problemas de fertilidad, gastos por
medicamentos incluso cuando se asocia a otras enfermedades infecciosas(18,19).
Los
cerdos infectados pueden estar asintomáticos o presentar signos
generales que son indistinguibles de aquéllos por influenza porcina,
pseudorabia (enfermedad de Aujeszky), fiebre porcina clásica,
parvovirus, encefalomiocarditis, clamidiosis y mycoplasmosis.
Como infección secundaria más comúnmente asociada a PRRSV se puede encontrar a: Haemophilus parasuis, Streptococcus suis, Salmonella cholerasuis, Pasteurella multocida, Actinobacillus pleuropneumoniae, virus de la encefalomiocarditis, Aujeszky, coronavirus respiratorio, paramixovirus, etc.(9).
En
EUA el PRRSV es uno de los agentes etiológicos más frecuentemente
aislado del complejo respiratorio porcino (CRP), como lo es el virus de
la influenza porcina tipo A (SIV), circovirus porcino tipo 2 (PCV2), Pasteurella m ultocida, Mycoplasma hyopneumoniae, Streptococcus suis, Actinobacillus pleuroneumoniae y (Haemophylus) parasuis(39); requiriéndose ser aislado de lesión neumónica para determinar ser agente etiológico causal(40).
Lesiones
Se
pueden presentar lesiones por diferentes grados de neumonía,
miocarditis, encefalitis, rinitis, vasculitis, linfadenopatías, etc.(9).
A la histopatología los pulmones se observan con neumonía intersticial
con engrosamiento del septo alveolar e infiltración de células
inmunológicas, como neutrófilos en banda, leucocitos CD4+, CD2+, CD8+ de
memoria y completamente diferenciados en killer (efector); células T
CD4+ que atraen a los linfocitos T citotóxicos(35). La
presencia de células en apoptosis se ha asociado a la infección por
virus de PRRS, estando presentes en diferentes tejidos infectados que
incluyen pulmón, testículos y nódulos linfáticos(20).
Respuesta inmune
En
el aspecto inmunológico, ante una infección de este tipo, se desarrolla
una respuesta humoral rápida y fuerte, pero estos anticuerpos iniciales
no confieren protección e incluso pueden ser dañinos, por mediar un
incremento dependiente de anticuerpo (ADE) que incrementa la replicación
viral, debido a que estos anticuerpos al cubrir al virus pueden
facilitar la entrada de virus a macrófagos, como se ha observado en
células blanco in vitro(35).
Las
células infectadas por PRRSV NA inducen significativamente a IgG y
receptores Fcg, planteándose que las IgG opsonizan las partículas
virales y facilitan su entrada a monocitos y macrófagos a través de
estos receptores y probablemente el receptor CD163 a PRRSV en
macrófagos, determinen la eficiencia de replicación y subsecuente
patogenicidad de PRRSV. La internalización del virus por esta vía puede
inducir la expresión de IL10 y en turno inducir la expresión de CD163 en
los monocitos rediferenciados vecinos, incrementando la susceptibilidad
a PRRS(35). La infección de macrófagos, monocitos y células
dendríticas son esenciales para la función inmune, pero también parecen
ser la llave en los componentes de patogenicidad de PRRSV NA(35).
Aunque
se conoce que las células infectadas por virus inducen la expresión de
interferones tipo I (como son IFNa e INFβ) que producen una respuesta
antiviral innata, y que INFa inhibe la replicación de PRRSV; diversos
estudios han mostrado que PRRSV inhibe a interferones tipo I (como
INF-α/β y "short porcine type I interpheron" o spI IFN), especialmente
INFα, e induce a la interleucina 10 (IL10)(35,41-43).
En
células infectadas con PRRSV NA se ha observado supresión en la
expresión de spI IFN y disminución en la abundancia del transcrito de
INFα, así como disminución en la abundancia del transcrito de IRF3, que
se sabe juega un papel importante en la expresión de los genes para INF
I; en células infectadas por PRRSV NA se observó la inhibición de IRF3 y
posteriormente disminución en la expresión génica de INFβ(35).
Como
hipótesis se ha dicho que, quizá un incremento en moléculas
proinflamatorias seguido de un aumento de moléculas antiinflamatorias es
un proceso normal de eventos en algunas infecciones por PRRSV; varios
estudios de infecciones por PRRSV en células, indican una sobreexpresión
de moléculas proinflamatorias que contribuyen a la patogénesis de PRRSV(35). Experimentalmente en las células infectadas in vivo
hay sobreexpresión de los genes para CASP1, factor nuclear Kappa B
(NF-kB) e IL-1β; NF-kB induce una activación robusta del iflamasoma
CASP1 y la liberación subsecuente de IL-1 β, que ocasiona fiebre e
inflamación; NF-kB también incrementa la expresión de metaloproteinasas
matrix (MMP2 y MMP9), fenómeno observado también en células infectadas
por PRRSV; esta sobreexpresión de los MMP facilita la infiltración de
células inflamatorias e incrementa la inflamación(35). Además
células infectadas por PRRSV, después de la infección aguda presentan
la sobreexpresión de IL8 (CXCL8), que atrae y produce la infiltración de
neutrófilos y otros leucocitos polimorfonucleares(35). Otras
quimiocinas como CCL2 (MCP1), CXCL9, CXCL10 (IP10), se observan
aumentadas significativamente, lo cual también podría ser crucial para
la infiltración de macrófagos y linfocitos(35). Seguido a lo
último, se observa u n incremento en la abundancia de moléculas
antiinflamatorias como IL10 (mARN y proteína) y PGE2(20,35).
La
sobrexpresión de IL10 podría sesgar la respuesta inmune protectora de
células Th1 a una respuesta no protectora de células Th2, impidiendo la
eliminación del virus beneficiando la infección viral(35). En
abordajes de infección experimental se ha observado reducción de la
regulación en l a expresión de CD80/86 (moléculas coestimulatorias y
moléculas de histocompatibilidad mayor clase II o MHC-II) y reducción de
la estimulación alogénica de células T(20).
En
casos de infección con PRRSV la inducción de anticuerpos neutralizantes
(AcN) se ve severamen te retardada y sus niveles se mantien en bajos,
lo cual no permite la eliminación efectiva de las células infectadas(35); los AcN no solucionan la viremia, pero sí son importantes para evitar la infección(24);
estos no son detectables por pruebas de virus neutralización en las
primeras cuatro semanas posinfección (PI), de hecho se detectan al día
28 PI o más tarde para tipos EU y NA(27).
Aunque
en células infectadas por PRRSV resulta paradójica la presencia
simultánea de los mecanismos de estados no apoptoico y apoptoico, podría
ser el reflejo de un balance entre ambos, y quizá PRRSV induzca
activamente un estado antiapoptoico para completar su ciclo de
replicación viral y una vez finalizado induce la apoptosis de células
cargadas de virus para su liberación. En células infectadas por PRRSV se
observa la sobreexpresión de genes antiapoptóticos, como es para
BCL2A1, MCL1, CHFR, NF-kB, ADM, IL10, etc. Los CTL y las células NK
activados liberan perforinas (PFR) y granzimas, cuyos efectos
colaborativos actúan induciendo apoptosis en células blanco; en células
infectadas por PRRSV se ha visto incrementada la abundancia del
tránscrito de PFR1 y granzimas, así como sobreexpresión de las moléculas
proapoptoicas XAF1, BID, Cytoc, CASP 10, AIFM2, que podrían inducir la
apoptosis de células infectadas por PRRSV(35).
La
apoptosis que se observa en las células infectadas ocasionan una
inmunosupresión por dos mecanismos: disminuye el número de células
inmunes que comprometen la respuesta inmune tanto innata como
adaptativa, haciendo no posible erradicar la infección primaria; e
induce efectos inmunosupresivos en las células sobrevivientes(35).
Aspectos epidemiológicos
La
inmunosupresión (o inmunoregulación) que ocasiona el virus genera
varios problemas epidemiológicos: una enfermedad con inmunidad de
instauración lenta que permite prolongados tiempos de viremia que
favorece su diseminación(18,19,35); formación de portadores
con el virus limitado en algunos tejidos linfoides, quienes presentan un
bajo grado de replicación vírica, pero que constituyen una persistencia
de la infección en la granja(18,19); y recaídas por el efecto inmune limitado debido a la variabilidad génica del PRRSV(18,19).
Debido
a la peculiar respuesta inmune y variabilidad genética, en una granja
endémica se observan varios grupos de animales en cambio constante: 1)
animales no infectados; 2) animales en proceso de infección y excreción
vírica; 3) animales recuperados de infección y que están protegidos; 4)
animales recuperados de infección en fase de pérdida de protección y que
vuelven a ser susceptibles; 5) animales portadores(18,19).
El
PRRSV no afecta tanto a la granja cuando predominan los animales
protegidos y hay pocas infecciones; el problema surge cuando estos
cambios de grupo son bruscos o predomina el grupo de animales
susceptibles.
En
China el PRRSV es endémico desde 1996; se presentó una epidemia en 2006
y posteriormente se observaron brotes en diferentes regiones en 2009.
Al estudiar las cepas de 2009, pertenecieron al genotipo norteamericano,
con diversidades genéticas que a estudios filogenéticos mostraron que
las regiones más variables se presentaron en los genes Nsp2, GP5 y GP3
en relación al PRRSV NA VR2332, y en poco menor frecuencia en los genes
de UTR 5' y UTR 3'; los aislados de 2009 tuvieron alta homología con los
aislados de 2006(26); se cree que los virus domésticos
pasaron por variaciones graduales y acumulación de cambios genómicos;
debido a que la patogenicidad de PRRSV se sabe depende de múltiples
factores, se mantiene la pregunta de si hay una relación con estas
variaciones genéticas(26); el mismo autor menciona que el
recientemente reportado deleteado 1-nt en UTR 5' y UTR 3' posiblemente
esté relacionado con la replicación, transcripción y virulencia de PRRSV
altamente patógenos(26). La epidemia de 2006, en China, fue
una nueva variante de PRRSV al tam ente patógena (HP-PRRSV)
caracterizada por dos deleteados discontinuos de 30-aa en Nsp2, que
ocasionó fiebres altas asociadas a un alto índice de mortalidad.
Subsecuentemente se volvió endémica y se diseminó a otros países como
Vietnam, la República Popular de Laos y de ésta en 2010 a Tailandia, en
donde después de dos semanas de los mismos primeros signos de brote, se
manifestó en 19 pequeñas granjas vecinas y posteriormente en 20
provincias; donde en la mayoría fue observada inicialmente en
reproductoras, durando 1 mes, la mayoría de las muertes sucedieron en la
3a semana. Los signos iniciales fueron fiebre de 40 a 42 °C,
seguido de enrojecimiento de la piel y aborto, con variaciones de 50 a
100 % de morbilidad, 8.4 a 52.8 % de abortos, y la mayor parte de las
muertes a una semana de iniciados los signos; en algunas granjas estuvo
confinada a lactancia, en donde se manifestaron enfermos durante una
semana alcanzando, el 60 % de mortalidad a las dos semanas(44).
En
2010 refieren el aislamiento de un PRRSV altamente patógeno de una
granja de Bielorrusia, al que denominaron "Lena", que consideran un
aislado de PRRSV Europeo nuevo, Subtipo del Este 3, al mostrar
diferencias patógenas, genéticas y antigénicas; los signos prominentes
fueron fiebre alta, anorexia y depresión, algunos con tos, y 4/10
murieron(45).
Diagnóstico
El
diagnóstico resulta difícil por la heterogenicidad de las cepas y por
la predisposición del cerdo infectado de forma aguda en desarrollar
infección persistente (portadores), donde el virus es difícil de
detectar por escasa viremia y bajos títulos virales en tejidos(16).
En EUA en donde se observa el linaje NA, se han observado granjas con
introducción del linaje EU; por el contrario en Europa se han observado
granjas que presentan simultáneamente linajes NA y EU, requiriéndose por
lo tanto el diagnóstico de ambos linajes(17).
El
diagnóstico se basa en métodos serológicos junto con técnicas que
determinan la presencia del virus, proteínas virales o el ARN viral,
como son aislamiento viral, inmunohistoquímica o transcripción reversa y
reacción en cadena de la polimerasa (RT-PCR)(17). El
aislamiento viral requiere 7 a 14 días, las muestras diagnósticas son
difíciles y algunas cepas de campo son difíciles de aislar, lo que
disminuye la sensibilidad de la prueba(46). El RT-PCR ha diagnosticado en más muestras y en estadios más avanzados de infección que el aislamiento viral(17). La implementación del RT con PCR tiempo real o cuantitativo (RTqPCR), permite mayor sensibilidad, rapidez y precisión(17).
Para
el diagnóstico en granjas que la presentan en forma endémica con
animales que no presentan sintomatología, la mayoría realiza diagnóstico
con ELISA y RT-PCR para determinar presencia y circulación del virus en
la granja, considerando normal que ambas pruebas en el mismo animal
podrían no concordar en sus resultados(9,21,47). La detección
de anticuerpos frente al virus de PRRS no se puede considerar como un
diagnóstico de la enfermedad si previamente no se han realizado análisis
serológicos en tomas pareadas de sueros, que hayan resultado negativos
pocas semanas antes o que demuestren un aumento significativo en la
seroconversión, sin que esto tenga que ver con la aplicación de vacunas,
por lo que en las explotaciones serológicamente positivas es necesario
recurrir a la detección del virus circulante(9). Para RT-PCR,
además de muestras de tejidos obtenidos a la necropsia, en el animal
vivo se han utilizado con éxito muestras individuales de suero o de
sangre para viremia y con poco éxito de semen (12 a 27 % de
sensibilidad) para control en reproducción; en este último se considera
que sólo es perceptible si el virus está establecido en el aparato
reproductor en fase de eliminación, y si se pretende realizar pooles de
cinco muestras, considerar que la sensibilidad de la prueba bajará en un
6 a 8 %(47,48).
En el estudio de Duinhof et aX21)
en Holanda, para muestras de suero, consideraron ELISA con una
sensibilidad del 97.6 % y especificidad de 98.6 % y RT-PCR con una
sensibilidad y especificidad del 100 %(49,50); analizando
cerdas en gestación temprana, cerdas en gestación tardía, cerdos de 9,
16 y 22 semanas de edad, determinaron que un estudio económico y
confiable del estado virémico de una granja con aproximadamente 330
vientres, 1,400 cerdos de engorde y reemplazos, con un 22 a 40 % de
circulación viral, podría analizarse (virus activo en el 22 % de cerdos
con un 95% de confianza, en variaciones de 6 a 237 muestras) con 6 a 12
muestras de cada edad de 9 semanas y 16 semanas, para evitar la
participación de anticuerpos maternos o vacunales, esto permitió
detectarlo en 8 de 9 granjas (88 %) con PRRSV; 6 a 12 muestras de una
sola de estas dos edades permitió detectarlo en 7 de 9 granjas (77 %).
Dicho autor considera que se requeriría un número de muestras mucho
mayor para animales mayores de 22 semanas de edad, debido a que la
prevalencia viral en estas edades es mucho menor, aunque la
seroprevalencia es mayor a 16 y 22 semanas de edad. En el estudio de
Sierra et al(51) en México, analizando 100 muestras de
suero por granja, de todas las edades en ocho granjas altamente
sospechosas de PRRSV, en todas hubo aislamiento viral, siendo más
frecuente en el siguiente orden: en cerdas de 6° parto (8/8), lechones
lactantes (7/8), 1 mes de edad (7/8), 3 meses de edad (5/8), cerdas de 1er
parto (5/8) y 5° parto (5/ 8); todas las granjas fueron ELISA
seropositivas en 4 a 82 %. En los dos últimos estudios mencionados, así
como en otros, se observaron animales virémicos seronegativos, de allí
la importancia de utilizar ambas técnicas de diagnóstico de laboratorio.
La
secuenciación junto con la utilización de alineaciones y dendogramas
(filograma, dendograma radial) permiten la evaluación de brotes de PRRS
para diferenciar virus residentes, virus nuevo introducido a la granja,
cepas vacunales y cepas de campo; no habiendo aún una relación
comprobada entre la secuencia del virus y las características del virus,
sobretodo en cuanto a virulencia(30).
Control y prevención
Para
el control en una granja endémica se recomienda dirigir el muestreo
para detectar animales virémicos por RT-qPCR para eliminarlos o
aislarlos, así como por ELISA (9-16 semanas de edad para evitar
anticuerpos maternos y vacunales). Para detectar animales virémicos
seleccionar 12 a 24 animales por granja de reemplazos (o engorde) de 9 a
16 semanas, incluso para diagnóstico en una granja mediana, con 22 % o
más de circulación viral(21), o bien de menor edad, y si se
presentara el caso de lechones con retraso en el crecimiento, lechones
con problemas respiratorios, vientres con abortos, repeticiones, partos
no numerosos con nacidos muertos y momificados, incluir sementales y
semen; y además para el análisis de anticuerpos por ELISA determinar 20
animales de 16 a 22 semanas de edad no vacunados o al menos a seis meses
pos vacunación(21). La prevención de la enfermedad se basa
más en todos los controles sanitarios generales relacionados a su
transmisión, que en la vacunación.
El
virus es sensible al tratamiento con cloroformo, éter y soluciones con
baja concentración de detergentes, pierde infectividad gradualmente a 4
°C y drásticamente a pH fuera del rango 6.5 a 7.5, es estable a
temperaturas de -70 y -20 °C(9) y es rápidamente inactivado por desecación(9,36).
La
diversidad genética del virus, la variación en la antigenicidad cruzada
y la posible transmisión del virus vacunal, ocasionan problemas para el
control de la enfermedad(9,24). Las vacunas del mercado aún
no garantizan una protección satisfactoria, su eficiencia cae
drásticamente frente a confrontaciones heterólogas; el uso de vacunas
sólo garantiza disminuir en mayor o menor grado los signos y síntomas
clínicos, duración de la viremia y duración de eliminación del virus(10,52); no se recomienda el uso de vacunas de virus vivo para prevención en granjas negativas a PRRSV(52) y donde, se debe estar consciente, que el uso de vacuna de virus inactivado puede presentar casos de nula protección(24), en el caso de utilizarla por un alto riesgo de infección(52).
Comercialmente hay dos tipos de vacunas, las de virus vivo modificado (MLV) y las de virus muerto (KV)(52);
las vacunas MLV que tienen licencia de uso en EUA son derivadas de
PRRSV NA que incluyen, Ingelvac® PRRS MLV (con licencia de uso en
México) y ReproCyc® PRRS-PLE, ambas de VR-2332, y de JA-142 Ingelvac®
PRRS ATP, todas producidas por Boehringer Ingelheim, Alemania(10,52);
las vacunas MLV con licencia de uso en países de Europa se derivan sólo
de PRRSV EU y son, de DV, Merck®Porcilis PRRS, de All-183,
Syva®Pyrsvac-183 y de VP-046 están Hipra®Amervac-PRRS e
Hipra®Unistrain-PRRS(9,52); las vacunas MLV con licencia de
uso en otros países podrían no estar restringidas a uno de los dos
genotipos y podría estar disponible para ambos genotipos de PRRSV(52);
entre las vacunas de virus muerto está en Europa Hipra®Suipravac-PRRS
en emulsión oleosa o/w como adyuvante. El virus de vacunas de virus
atenuado se ha observado que puede replicarse, cambiar a patógeno,
generar viremia eliminarse y ocasionar infecciones a animales sanos
susceptibles(10,53); mientras que con el virus de vacuna inactivada aunque no se replica ni produce viremias, presenta casos de protección nula(24).
Se
han observado virus vacunales transmitidos a animales susceptibles que
han alcanzado una prevalencia del 10 % en Quebec y mayor al 33 % en
Ontario. También se ha comprobado en campo que estos virus vacunales
transmitidos pueden no compartir el mismo fenotipo de atenuado paterno y
revertirse al tipo virulento(10); así como la posible recombinación natural del virus vacunal con el virus de campo(53).
Las recomendaciones de Arias et al(9),
si se decide vacunar, es iniciar los programas de vacunación a edades
tempranas de reposición y llegar al parto con revacunaciones. Para
granjas endémicas que han manifestado brotes se puede utilizar: a)
vacuna viva atenuada, aplicable a lechones de 3 a 16 semanas de edad en
emplazamientos diferentes de las cerdas reproductoras (en menores de 10
semanas repetir a los 4-6 semanas), y para adultos, siendo importante no
vacunar en el último tercio de la gestación para no infectar al feto de
cerdas no inmunes; b) vacuna inactivada, aplicable para cerdas
primerizas de introducción, o para granjas libres en alto riesgo de
infección.
Para
granjas que no ha manifestado brotes pero se sabe en riesgo de
contraerla y se desea vacunar, se podría optar utilizar vacuna de virus
inactivado, tomando en cuenta que hay casos de protección nula pero que
al menos este virus no se replica ni ocasiona viremias.
Batista(30),
recomienda las siguientes estrategias de control, solas o combinadas:
a) uso de suero homólogo en la aclimatación de la reposición; b) uso de
suero homólogo en las reproductoras (únicamente en caso de brote), c)
vacunación de hembras (vacuna viva modificada o muerta); d) cierre
temporal de granja; e) gestación del reemplazo fuera de sitio (off-site
breeding); f) implementación del uso de granja de primerizas; g)
despoblación parcial del destete, del cebo o de ambos (sólo cuando ya se
tiene una piara estable); h) despoblación/repoblación (para algunos
autores no justificable sólo por la presencia de PRRSV); i) considerar
un testigo y erradicación en un sistema regional de racimos o
conglomerado ("clusters").
Situación en México
El
PRRSV es un virus que afecta a los cerdos en México de manera endémica,
(permaneciendo algunas granjas tecnificadas libres y en constante
riesgo)(8,51); aunque no se tiene referencias de la situación en todos los Estados, hay reportes en Yucatán(55,56,38); Nuevo León con una seroprevalencia del 36 % en la etapa de desarrollo y 56 % en la etapa de engorde(57); Sonora, donde reportan PRRSV NA y semejante al virus vacunal MLV(28); Puebla(58); y en el Estado de México se sabe presente en granjas de traspatio(8),
así como en granjas tecnificadas, en donde se reporta la presencia de
los tipos NA y EU , manifestándose el NA de manera subclínica, con
algunas repeticiones que podrían ser reabsorción embriónica, abortos
esporádicos y algunos problemas respiratorios ligeros(59).
Con
todo lo discutido, está claro que se debe poner especial atención en la
calidad de las medidas técnico-sanitarias generales para evitar un
brote o una pandemia por la introducción del virus o de una cepa
distinta. Siendo que de por sí ya merma en algún nivel la economía de
las granjas que lo padecen, o la han padecido pudiendo tenerla de manera
asintomática y que las granjas libres están en constante riesgo, se
sugiere poner mayor atención en evitar, controlar y vigilar al máximo la
introducción y calidad sanitaria de animales y semen externo, cuidar y
mejorar sus medidas técnico-sanitarias de control interno e
instalaciones(59,60), así como vigilancia clínica, zootécnica, de laboratorio y epidemiológica de PRRSV o de una nueva variedad de éste.
Hay
que considerar que la mayor necesidad de confrontación es por las
explotaciones más tecnificadas, que se saben más afectadas y que al
menos, en el Estado de México, la menor afección de porcicultores de
traspatio posiblemente se deba a que, estos, conocedores o perceptores
de este problema en reproducción, basan su producción en la compra, a
granjas tecnificadas, de lechón para en gorde, ("observación inédita"
del trabajo de López-Heydeck(59)) que pueden seleccionar y no
tienen necesidad de la mayor confrontación de este problema, en la
etapa de reproducción y cría, aunque sí son un medio más para el agente.
Es
importante profundizar en la investigación y vigilancia que permita
aliviar esta merma económica a los sistemas de producción porcina
tecnificada, iniciando al menos por Estado, como lo es, entre estos, la
secuenciación de los virus, elaboración de dendogramas, un plan de
control y erradicación por granja y regional a manera de conglomerados,
así como de elaboración de vacunas efectivas a cepas nativas.
LITERATURA CITADA
1. Keffaber KK. Reproductive failure of unknown etiology. Am Assoc Swine Pract Newsl 1989;1:1-19. [ Links ]
2.
Hill H. Overview and history of mystery swine disease (swine
infertility respiratory syndrome). In: Proc Mystery Swine Disease
Committee Meet 1990, Denver, CO. Livestock Conservation Institute,
Madison, WI. 1990:29-31. [ Links ]
3.
OIE. Office International des Épizooties. World Animal Health 1991.
Animal health status and disease control methods (Part one: Reports).
1992;7(2):126. [ Links ]
4. Wensvoort G, Terpstra C, Pol JM, ter Laak EA, Bloemraad M, de Kluyver EP, et al. Mystery swine disease in The Netherlands: The isolation of Lelystad virus. Vet Q 1991;13:121-130. [ Links ]
5.
Collins JE. Diagnostic note: newly recognized respiratory syndromes in
North America swine herds. Amer Assoc Swine Pract Newsletter
1991;3:7-11. [ Links ]
6. Collins J, Benfield DA, Christianson WT, et al.
Isolation of swine infertility and respiratory syndrome virus (isolate
ATCC VR-2332) in North America and experimental reproduction of the
disease in gnotobiotic pigs. J Vet Diagn Invest 1992;4:117-126.
[ Links ]
7.
Baoqing G, Zhangshui C, Wenxing l, Yizhu C. Isolation and
identification of porcine reproductory and respiratory syndrome (PRRS)
Virus from aborted fetuses suspected of PRRS. Chin J Prev Vet Med
1996:1-5. [ Links ]
8. Morilla A, González-Vega D, Diosdado F, Estrada E. Seroepidemiology of PRRS in México. 4th International Symposium on Emerging and Re-emerging Pig Diseases. Rome. 2003:59. [ Links ]
9.
Arias M, Barceló J, Muñoz A, Sánchez-Vizcaíno JM. Síndrome respiratorio
reproductivo porcino. Sánchez-Vizcaíno JM editor. Curso digital de
enfermedades infecciosas porcinas. CDroom 2003. http://www.sanidadanimal.info/cursos/curso/9/9-prrs.htm. Consultado 29 Nov, 2011. [ Links ]
10. Shi M, Lam TT-Y, Hon Ch-Ch, Murtaugh MP, Davies PR, Hui RK-H, et al.
Phylogeny-based evolutionary, demographical, and geographical
dissection of north American type 2 porcine reproductive and respiratory
syndrome viruses. J Virol 2010;84:8700-8711. [ Links ]
11.
Hill H, Owen W, Eernisse K, Zimmerman J, Uhlenhopp E, Frey M.
Prevalence of SIRS in Iowa swine herds. Am Assoc Swine Pract Newsl
1992;4:47. [ Links ]
12. Shin JH, Kang YB, KIM YJ, Yeom SH, Kweon CH, Lee WY, et al.
Sero-epidemiological studies on porcine reproductive and respiratory
syndrome in Korea: detection on indirect fluorescent antibodies. J Agr
Sci 1993;35:572-576. [ Links ]
13. Hirose O, Kudo H, Yoshizawa S, et al.
Prevalence of porcine reproductive and respiratory syndrome virus in
Chiba prefecture. J Jpn Vet Med Assoc 1995;48:650-653. [ Links ]
14.
Ohlinger VF, Pesch S, Bischoff C. History, occurrence, dynamics, and
current status of PRRS in Europe. Vet Res 2000;31:86-87. [ Links ]
15.
Milian-Suazo F, Canto-Alarcón GJ, Weimersheimer-Rubí JE, Coba-Ayala MA,
Correa-Girón P, Anaya-Escalera AM. Estudio seroepidemiologico para
determinar la presencia de anticuerpos contra el virus del Síndrome
Disgenesico y Respiratorio del Cerdo en México. Tec Pecu Mex
1994:32(3):139-144. [ Links ]
16.
Zimmerman J, Yoon K-J, Stevenson G, Dee SA. The 1998 PRRS compendium: A
comprehensive reference on Porcine Reproductive and Respiratory
Syndrome for pork producers, veterinary practitioners, and researchers.
1rst ed. Des Moines Iowa: National Pork Producers Council; 1998:1-128.
[ Links ]
17.
Kleiboeker SB, Schommer SK, Lee S-M; Watkins S, Chittick W, Polson D.
Simultaneous detection of North American and European porcine
reproductive and respiratory syndrome virus using real-time quantitative
reverse transcriptase-PCR. Brief communication. J Vet Diagn Invest
2005;17:165-170. [ Links ]
18. Benfield DA, Collins JE, Dee SA, Halbur PG, Joo HS, Lager KM, et al. Porcine reproductive and respiratory syndrome. In: Straw B, et al editors. Diseases of swine. 8th ed. Ames, Iowa, USA: Iowa State University Press; 1999:201232. [ Links ]
19. Callen A. La problemática del control del PRRS en granjas de reproducción. 2006. http://www.porcicultura.com/porcicultura/home/articulos_int.asp?cve_art=388. Consultado 30 Nov, 2011. [ Links ]
20.
Flores-Mendoza L, Silva-Campa E, Reséndiz M, Osorio FA, Hernández J.
Porcine reproductive and respiratory síndrome virus infects mature
porcine dendritic cells and up-regulates interleukin-10 production. Clin
Vaccine Immunol 2008;15:720-725. [ Links ]
21.
Duinhof TF, Van Schaik G, Van Esch 1 EJB, Wellenberg GJ. Detection of
PRRSV circulation in herds without clinical signs of PRRS: Comparison of
five age groups to assess the preferred age group and sample size. Vet
Microbiol 2011;150:180-184. [ Links ]
22.
Trincado C, Dee S, Rossow K, Halvorson D, Pijoan C. Evaluation of the
role of mallard ducks as vectors of porcine reproductive and respiratory
syndrome virus. Vet Rec 2004;154(8):233-237. [ Links ]
23.
Cruz MC, Mogollón JD, Rincón MA, Peña NB, Ruiz S, Lora AM. Prevalencia
serológica del síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS) en
cerdos de explotaciones extensivas de Colombia. Rev Med Vet Zoot
2006;53:33-41. [ Links ]
24.
Flores-Mendoza L, Hernández J. Vacunas contra el virus del síndrome
reproductivo y respiratorio porcino (PRRSV): escribiendo una historia.
Vet Méx 2010;41:139-159. [ Links ]
25. Brown E, Lawson S, Welbon C, Gnanandarajah J, Li J, Murtaugh MP, et al.
Antibody response to porcine reproductive and respiratory syndrome
virus (PRRSV), nonstructural proteins and implications for diagnostic
detection and differentiation of PRRSV Types I and II. Clin Vaccine
Immunol 2009;16:628-635. [ Links ]
26. Zhoua Z, Nia J, Caoa Z, Hana X, Xiaa Y, Zia Z, et al.
The epidemic status and genetic diversity of 14 highly pathogenic
porcine reproductive and respiratory syndrome virus (HP-PRRSV) isolates
from China in 2009. Vet Microbiol 2011;150:257-269. [ Links ]
27. Mateu E, Díaz I. The challenge of PRRS immunology. Vet J 2007;177:345-351. [ Links ]
28.
Macías MJ, Yépiz-Plascencia G, Osorio F, Pinnelli-Saavedra A,
Reyes-Leyva J, Hernández J. Aislamiento y caracterización del gen ORF 5
del síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS) en México. Vet
Méx 2006;37(2):197-208. [ Links ]
29.
Amonsin A, Kedkovid R, Puranaveja S, Wongyanin P, Suradhat S,
Thanawongnuwech R. Comparative analysis of complete nucleotide sequence
of porcine reproductive and respiratory syndrome virus (PRRSV) isolates
in Thailand (US and EU genotypes). Virol J 2009;6:143. [ Links ]
30. Batista L, Murtaugh M, Pijoan C. Variación Genética de PRRSV. Rev Anaporc 2003;23(236):52-60. [ Links ]
31.
Lunney JK, Benfield DA, Rowland RRR. Porcine reproductive and
respiratory syndrome virus: An update on an emerging and re-emerging
viral disease of swine. Virus Res 2010;154(1-2):1-6. [ Links ]
32.
Rowland RRR, Lawson S, Rossow K, Benfield DA. Lymphoid tissue tropism
of porcine reproductive and respiratory syndrome virus replication
during persistent infection of pigs originally exposed to virus in
uterus. Vet Microbiol 2003;96:219-235. [ Links ]
33.
Goldberg TL, Lowe JF, Milburne SM, Firkins LD. Quasispecies variation
of porcine reproductive and respiratory syndrome virus during natural
infection. Virology 2003;317:197-213. [ Links ]
34.
Thanawongnuwecha R, Suradhatb S. Progress in porcine respiratory and
reproductive syndrome virus biology and control. Virus Res
2010;154(1-2):133-140. [ Links ]
35. Xiao S, Jia J, Mo D, Wang Q, Qin L, He Z, et al.
Understanding PRRSV infection in porcine lung based on genome-wide
transcriptome response identified by deep sequencing. PLoS One.
2010;5(6): e11377. [ Links ]
36. Zimmerman JJ. Porcine reproductive and respiratory syndrome virus: epidemiology. In: Morilla A, et al
editors. Trends in emerging viral infections of swine. 1rst ed. Iowa
State Press, USA: Wiley J & Sons; 2008:331-338. [ Links ]
37. Hermann JR, Muñoz-Zanzi CA, et al.
Probability of porcine reproductive and respiratory syndrome (PRRS)
virus infection as a function of exposure route and dose. Vet Microbiol
2005;110(1-2):7-16. [ Links ]
38.
Rovelo-Celorio A, Alzina-López A, Rodríguez-Buenfil JC, Segura-Correa
JC, Villegas-Pérez S. Prevalencia y factores de riesgo asociados con el
virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino en sementales de
granjas porcinas en el sureste de México. Revista Científica, FCV-LUZ,
2010;20(1):17-23. [ Links ]
39. Hansen MS, Pors SE, Jensen HE, Bille-Hansen V, Bisgaard M, Flachs EM, et al.
An investigation of the pathology and pathogens associated with porcine
respiratory disease complex in Denmark. J Comp Path 2010;143:120-131.
[ Links ]
40.
Palzer A, Ritzmann M, Majzoub M, Wolf G, Hermanns W, Heinritzi K.
Frequency of occurrence of pneumonia associated agents and their
correlation with clinical and pathological-anatomical findings in pigs.
Berl Munch Tierarztl Wochenschr 2007;120(11-12):483-489. [ Links ]
41.
Albina E, Carrat C, Charley B. Interferon-alpha response to swine
arterivirus (PoAV), the porcine reproductive and respiratory syndrome
virus. J Interferon Cytokine Res 1998;18:485-490. [ Links ]
42.
Suradhatb S, Thanawongnuwecha R, Poovorawan Y. Upregulation of IL-10
gene expression in porcine peripheral blood mononuclear cells by porcine
reproductive and respiratory syndrome virus. J Gen Virol
2003;84:453-459. [ Links ]
43.
Suradhatb S, Thanawongnuwecha R. Upregulation of interleukin-10 gene
expression in the leukocytes of pigs infected with porcine reproductive
and respiratory syndrome virus. J Gen Virol 2003;84:2755-2760.
[ Links ]
44.
Nilubol D, Tripipat T, Hoonsuwan T, Kortheerakul K. Porcine
reproductive and respiratory syndrome virus, Thailand, 2010-2011. Emerg
Infect Diseases 2012;18(12):2039-2043. [ Links ]
45.
Karniychuk UU, Geldhof M, Vanhee M, Doorsselaere J van, Saveleva TA,
Nauwinck HJ. Pathogenesis and antigenic characterization of a new east
european subtype 3 porcine reproductive and respiratory syndrome virus
isolate. BMC Vet Res 2010;6:30-40. [ Links ]
46.
Mengeling WL, Lager KM. A brief review of procedures and potential
problems associated with the diagnosis of porcine reproductive and
respiratory syndrome. Vet Res 2000;31:61-69. [ Links ]
47. Rovira A, Clement T, Christopher-Hennings J, Thompson B, Engle M, Reicks D, et al.
Evaluation of the sensitivity of reverse-transcription polymerase chain
reaction to detect porcine reproductive and respiratory syndrome virus
on individual and pooled samples from boars. J Vet Diagn Invest
2007;19:502-509. [ Links ]
48. Wasilk A, Callahan JD, Christopher-Hennings J, Gay TA, Fang Y, Dammen M, et al.
Detection of U.S., Lelystad, and European-like porcine reproductive and
respiratory syndrome viruses and relative quantitation in boar semen
and serum samples by real-time PCR. J Clin Microbiol
2004;42(10):4453-4461. [ Links ]
49.
Wellenberg GJ. Review: diagnostic methods for the detection of porcine
reproductive and respiratory syndrome virus (PRRSV) infections.
Tijdschr. Diergeneeskd 2006;131(16):566-572. [ Links ]
50.
van Maanen C, von Bannisseht-Wysmuller TE, van Esch EJB, Wellenberg GJ.
Comparision and validation of selected conventional and real-time PCR
methods for the detection and differentiation of European and
American-type PRRSV in field samples. Proc ESVV Congress Lisbon
2006:24-27. [ Links ]
51.
Sierra N, Ramírez R, Mota D. Aislamiento del virus de PRRS en México:
Estudio clínico, serológico y virológico. Arch Med 2000;32(1):1-9.
[ Links ]
52.
Charerntantanakul W. Porcine reproductive and respiratory syndrome
virus vaccines: Immunogenicity, efficacy and safety aspects. World J
Virol 2012;1(1):23-30. [ Links ]
53. Wenhul L, Zhongyan W, Guanqun Z, Zhili L, Jing-Yun M, Qingmei X, et al.
Complete genome sequence of a novel variant porcine reproductive and
respiratory syndrome virus (PRRSV) strain: Evidence for recombination
between vaccine and wild-type PRRSV strains. J Virol 2012;86(17):9543.
[ Links ]
54. Batista L. ¿Control o erradicación del virus del síndrome reproductivo y respiratorio del cerdo (PRRSV)?. Junio 22, 2004. http://www.3tres3.com/opinion/ficha.php?id=870. Consultado Nov 15, 2012. [ Links ]
55.
Martínez-Barroso G, Williams JJ, Anzina-López A. Identificación de
factores de riesgo asociados a la exposición al virus del síndrome
respiratorio y reproductivo porcino dentro de granjas porcinas del
estado de Yucatán, México. Vet Mex 2002;33(4):1-11. [ Links ]
56.
Jordán-Cravioto A, Segura-Correa JC, Alzina-López A, Rodríguez-Buenfill
JC, Villegas-Pérez S. Prevalence and risk factors associated with the
PRRS virus in semen of boars in pig farms of Yucatan. Trop Subtrop
Agroecosystems 2010;12(1):1-6. [ Links ]
57.
Salinas-Meléndez JA, Lara-Arias J, Flores-Andrade H, Ávalos-Ramírez R,
Zárate-Ramos JJ, Riojas-Valdés V, Segura-Correa JC. Presencia de
animales seropositivos al síndrome reproductivo y respiratorio porcino
en Nuevo León. Vet Mex 2008;39(2):215-221. [ Links ]
58.
Batista L, Pijoan C, Lwamba H, Johnson CR, Murtaugh MP. Genetic
diversity and possible avenues of dissemination of porcine reproductive
and respiratory syndrome virus in two geographic regions of Mexico. J
Swine Health Prod 2004;12:170-174. [ Links ]
59.
López-Heydeck SM, Huitrón-Bravo GG, Lagunas-Bernabé S, Soriano-Vargas
E, Cabrera-Torrres A, de la Cruz-Valdez F. Virus del síndrome
reproductor y respiratorio porcino (PRRSV) en granjas porcinas
tecnificadas del Estado de México. Rev Mex Cienc Pecu 2013;4(4):469-488.
[ Links ]
60. Done S, White M. Porcine respiratory disease and complexes: the story to date. In Practice 2003;25:410-417. [ Links ]
Publicar un comentario